Un día en una escuela de Gambia (África)
Son las 8:00 de la mañana y nuestro coche va dejando una estela de polvo por los caminos de Sare Bigi, donde está una de las escuelas que gestionamos. Vamos despacio para que no se nos pase ningún vecino/a por saludar. Solemos salir pronto de casa para tener tiempo para charlar.
Llegamos a las 8:20, con tiempo para sentarnos un rato y ver como como los niños y niñas van llegando al recinto escolar. Comienza una repetitiva cantinela de “Good morning”, “how are you” y “I miss you”.
Es una maravilla verles llegar sonrientes y orgullosos vestidos con su uniforme, portando una mochila medio vacía .
Ni en el el poblado, ni en las escuelas hay electricidad y no se utilizan libros de texto, por lo que en la mochila apenas hay un cuaderno y algún bolígrafo que les ha dado el director. Lo podrían dejar en su pupitre, pero les encanta portar una mochila más llena de ilusiones que de material escolar.
Algunos llegan descalzos porque su familia no tiene dinero para comprarles zapatillas, pero en la escuela hay un curiosa colección de playeras, zapatos y zapatillas de diferentes tallas para que cada alumno pueda elegir un par y no vaya descalzo.
A las 8:30 se pasa lista y se anota a los alumnos que no están para después de las clases ir a su casa y comprobar si están enfermos o se han ido del poblado. La mayor parte de la población de Sare Bigi son fulas nómadas y es normal la movilidad. Con la construcción de la escuela, poco a poco se están haciendo casas y se están quedando en el poblado, pero muchos siguen con su vida nómada.
A las 8:45 comienzan las clases y disfrutamos viendo como poco a poco va mejorando el nivel de los alumnos, como van aprendiendo y como disfrutan adquiriendo nuevos conocimientos.
A las 10:15 Fatou, la profesora del nivel 2 toca la campana y comienzan los 45 minutos del recreo. Como cualquier niño/a su momento favorito es cuando suena la campana y empieza el recreo. Momento que aprovechan para jugar en el campo de futbol o ir a la zona de columpios.
Después del recreo toca vuelta a clase. Han disfrutado corriendo y gritando, pero aun tienen energía para 1 horas más de clases.
Son las 12:00 y vuelve a sonar la campana. La comida está preparada y comienza el reparto de platos de arroz, pasta, judías, pollo, pescado. Nuestras geniales cocineras nos propusieron una dieta muy variada y completa.
En Gambia se come con las manos y suele ser un proceso que no lleva demasiado tiempo, por lo que en media hora todos los alumnos comienzan a lavarse los dientes. Desde que empezamos los talleres de higiene bucodental hemos reducido drásticamente los gravísimos problemas de caries que detectamos al empezar con la escuela.
Son las 13:00 y toca vovler a casa…con pereza, muchos no quieren abandonar el lugar donde aprenden, conviven, juegan y dos tubabs (blancos) intentan hablar lenguas locales.
Desde el país más pequeño del África continental os queremos trasmitir el agradecimiento de todos los niño/as, madres y padres, profesores/as, equipo de ITT…gracias por leernos, gracias por seguirnos en las redes y gracias por vuestras aportaciones.
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